La Unión Deportiva Melilla ya está en marcha. Y, en contra de lo que algunos agoreros presumían da la impresión de que lo está haciendo con los pies en el suelo lo que, al menos de principio, le da la mayor de las confianzas de los aficionados.
Se ha roto con el pasado, aunque no del todo, y se está comenzando a enderezar un rumbo que se había torcido, o lo habían torcido, en demasía. No vamos a sacar a relucir el tópico del arbolito que es preciso enderezar casi desde que se planta, por cuando los directivos de los que se está rodeando Cristóbal Sánchez, tienen experiencia más que contrastada, y nos consta que algunas de las decisiones que adoptaron en pasadas temporadas, les fueron, más o menos, impuestas.
Dice el refrán que rectificar es de sabios y, al menos esa es la priemra impresión, se esta rectificando. Se intenta reconducir viejas y penosas situacioens de deslindes coyunturales imprecisos ( peleas con la Ciudad Autónoma, con su entonces consejero de Deporte, con la Federaciónb de Fútbol, con muchos medios de comunicación, con periodistas deportivos... ), que, como el tiempo ha venido a demostrar, no conducían a nada. O, mejor dicho, sí conducían a una cosa: a una total crispación en todos los sentidos que, en definitiva, sólo repercutía, y negativamente, en el club y, por ende, en el equipo, con esas divisones y subdivisiones imprecisas e impropias de un club decano de la Segunda División B.
Pôr el momento, sin que el camino sea precisamente de rosas, se va llaneando. Seguimos a la espera de contar con un interlocutor válido ( que no se el presidente ), o, mejor, con un jefe/a de prensa capaz de adoptar decisiones consecuentes sin someterse a dictados y criterios personalistas como ha ocurrido la pasada temporada. A la vuelta de la esquina está el inicio de una nueva campaña en la que se tienen puestas todas las esperanzas. Si se sigue el camino trazado, que nadie dude que la directiva que preside Cristóbal Sánchez Sampalo va a contar con todos los pronunciamientos favorables, y con el apoyo total y unánime de los medios de comunicación. Porque, afortunamente, ya no están quienes creian que el Melilla era de su propiedad. Y es que, aunque a muchos les pese más que les duela, LA UNION DEPORTIVA MELILLA SOMOS TODOS.
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