jueves, 23 de septiembre de 2010

LA QUE SE HA PERDIDO EL NOU CAMP


En Barcelona están casi de luto. Y todo porque estaban ansiosos por viajar a Melilla ( a Ceuta ya lo hicieron hace nueve años ), en la eliminatoria de la Copa del Rey. Pero se da la circunstancia de que el cuadro azulino en su confrontación con los caballas ( prórroga y penalties incluidos ), jugó el último tramo a no perder, confiando todo en el “parapenalties” Dorronsoro. Al final, tanto fue el cántaro a la fuente que se terminó rompiendo.
Dicen que algunos culés le preguntaron al espíritu del Nou Camp por las causas de su tristeza y éste, como buen catalán, fue parco en palabras pero generoso en hechos, afirmando que todo se debía a que no iba a tener ocasión de ver “en directo” cómo pisoteaba su césped, la práctica totalidad de esa directiva salvavidas que encabeza Paco Molina, para conocer, de primera mano, cómo se las arreglan para gestionar un club, un terreno de juego, unos servicios de ambigú casi tercermundistas, una sala VIP que la noche del miércoles tuvo over booking, y unas “más que felices” relaciones con los medios de  comunicación. Todo eso quería aprender el envidiable campo en las menos de dos horas que duraría el encuentro de vuelta de la eliminatoria de octavos de final.
Y siguen afirmando que, posiblemente, este espíritu derrotista y de desazón hiciera mella en los propios jugadores azulgranas que, frente al Gijón, estuvieron muy lejos de su alegría futbolera habitual. Y es que, señores, no se puede tener la mente en otro sitio, aunque fuera en la presumible y deseada visita de Molina y su corte, y tener opcion de comprobar, en vivo, la tácnica diseñada por el técnico Andrés García Tébar y explicada con profusión en una larga entrevista que le hizo en Onda Cero, nuestro compañero Ricardo Fernández, para derrotar al mejor equipo del mundo

No hay comentarios:

Publicar un comentario